salsa bechamel

Bechamel en el embarazo: ¿Puedo comer?

La alimentación es un aspecto fundamental durante el embarazo, ya que influye directamente en la salud del feto y de la madre. Por ello, es importante conocer qué alimentos son seguros y cuáles pueden representar un riesgo. En este sentido, la bechamel es una salsa muy utilizada en la cocina y que genera dudas en cuanto a su consumo durante el embarazo. En este artículo, te explicaremos si la bechamel es segura durante la gestación y cómo puedes consumirla de forma adecuada para disfrutar de sus beneficios sin poner en riesgo la salud de tu bebé.

¿Qué es la bechamel?

La bechamel es una salsa blanca que se utiliza como base para muchos platos en la cocina. Su origen se remonta a la cocina francesa y es muy popular en la gastronomía de varios países del mundo. La bechamel se elabora a partir de una mezcla de harina, leche y mantequilla que se cocina a fuego lento para obtener una salsa espesa y cremosa. Esta salsa se puede utilizar como base para la preparación de platos como lasaña, canelones, croquetas, gratinados, entre otros.

¿Puedo comer bechamel durante el embarazo?

Sí, es seguro consumir bechamel durante el embarazo siempre y cuando se prepare de forma adecuada. La bechamel se elabora a partir de ingredientes como la leche y la mantequilla, los cuales son fuentes importantes de calcio y grasas saludables. Además, la harina que se utiliza para su preparación no contiene ningún tipo de sustancia dañina para la salud.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la bechamel tiene un alto contenido calórico debido a su contenido en grasas y harinas refinadas, por lo que se debe consumir con moderación durante el embarazo. Además, si se presentan intolerancias o alergias a la lactosa, se puede sustituir la leche de vaca por otras opciones como la leche de almendras o la leche de soja para elaborar la bechamel.

pasta con bechamel

Consejos para consumir bechamel durante el embarazo

Si decides consumir bechamel durante el embarazo, aquí te dejamos algunos consejos para hacerlo de forma segura y saludable:

  1. Prepara la bechamel en casa: Al preparar la bechamel en casa, tienes mayor control sobre los ingredientes que utilizas y puedes asegurarte de que estén frescos y en buenas condiciones. Además, puedes ajustar la cantidad de sal y otros condimentos según tu preferencia y necesidades nutricionales.
  2. Controla las porciones: La bechamel es una salsa alta en calorías, por lo que es importante consumirla con moderación durante el embarazo. Trata de limitar la cantidad de bechamel que añades a tus platos y acompáñala de otras opciones de alimentos saludables como verduras o proteínas magras.
  3. Sustituye ingredientes si tienes intolerancias o alergias: Si presentas intolerancias o alergias a la lactosa, puedes sustituir la leche de vaca por otras opciones como la leche de almendras o la leche de soja. También puedes sustituir la mantequilla por aceite de oliva o aceite de coco para reducir el contenido de grasas saturadas.
  4. Evita la bechamel enlatada o procesada: La bechamel enlatada o procesada puede contener conservantes y aditivos que no son saludables para el consumo durante el embarazo. Trata de preparar la bechamel en casa o busca opciones de bechamel fresca en tu supermercado local.
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Cantidad de bechamel que puedes comer estando embarazada

No existe una cantidad específica de bechamel que se recomiende consumir durante el embarazo, ya que esto dependerá de las necesidades nutricionales de cada mujer, así como de su peso, altura y actividad física. Sin embargo, se recomienda consumir la bechamel con moderación debido a su alto contenido calórico y de grasas.

Una porción adecuada de bechamel dependerá del plato en el que se utiliza y de la cantidad de bechamel que se le añada. En general, se recomienda que la porción de bechamel no supere el 10% de las calorías totales de la comida. Por ejemplo, si una lasaña contiene alrededor de 500 calorías, se recomienda que la porción de bechamel no supere las 50 calorías.

¿La bechamel puede causar acidez o reflujo en el embarazo?

Es posible que la bechamel cause acidez o reflujo en algunas mujeres durante el embarazo, especialmente si se consume en grandes cantidades o si se combina con otros alimentos que también pueden causar acidez, como el tomate o las especias picantes.

La bechamel contiene ingredientes como la leche y la mantequilla, que son ricos en grasas y pueden tardar más tiempo en digerirse. Además, la harina utilizada en la preparación de la bechamel también puede contribuir a la acidez o al reflujo debido a su contenido en gluten.

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Si experimentas acidez o reflujo después de consumir bechamel durante el embarazo, es recomendable reducir la cantidad que consumes o evitarla por completo si la acidez es persistente. También puedes probar a consumir la bechamel junto con alimentos que ayuden a reducir la acidez, como las verduras sin almidón, la carne magra o el arroz.

¿Puedo consumir bechamel si tengo intolerancia a la lactosa?

Si tienes intolerancia a la lactosa, puedes tener dificultades para digerir la leche y los productos lácteos que contienen lactosa, como la leche utilizada en la bechamel. Sin embargo, existen algunas opciones para que puedas disfrutar de la bechamel durante el embarazo.

En lugar de utilizar leche de vaca en la preparación de la bechamel, puedes utilizar leche sin lactosa o leches vegetales como la leche de almendras, la leche de soja o la leche de arroz. Estas opciones no contienen lactosa y pueden ser una alternativa adecuada para ti si tienes intolerancia a la lactosa.

Otra opción es utilizar enzimas de lactasa, que son tabletas o líquidos que se añaden a la leche para ayudar a descomponer la lactosa y facilitar su digestión. Estas enzimas pueden ser una buena opción si deseas utilizar leche de vaca para la bechamel.

Conclusión

En conclusión, la bechamel es un ingrediente muy utilizado en la cocina que se prepara a partir de leche, mantequilla y harina. Durante el embarazo, muchas mujeres pueden preguntarse si es seguro consumirla, y la respuesta es sí, siempre y cuando se consuma con moderación y se sigan algunas recomendaciones.

La bechamel es una fuente importante de calcio, proteínas y grasas saludables, que son nutrientes esenciales durante el embarazo para el desarrollo del feto y para la salud de la madre. Sin embargo, su consumo debe ser moderado debido a su alto contenido calórico y de grasas.

Si tienes intolerancia a la lactosa o si experimentas acidez o reflujo después de consumirla, existen opciones para que puedas disfrutar de la bechamel durante el embarazo. Puedes utilizar leches sin lactosa o leches vegetales como la leche de almendras, la leche de soja o la leche de arroz, o añadir enzimas de lactasa si deseas utilizar leche de vaca.

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